Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia)







Título: Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia)
Título original: Birdman or (The Unexpected Virtue of the Ignorance)
Director: Alejandro González Iñárritu
País: USA
Actores: Michael Keaton, Emma Stone, Edward Norton, Zach Galifianakis, Naomi Watts, Andrea Riseborough, Amy Ryan, Merritt Wever, Joel Garland, Natalie Gold, Clark Middleton, Bill Camp, Teena Byrd, Anna Hardwick, Stefano Villabona
Año: 2014
Duración: 118'
Crítico colaborador: Mary

Calificación:





Birdman: Altos vuelo para Iñárritu

IÑÁRRITU VUELVE. Así, en mayúsculas y cual título de superhéroes que se precie.
A ritmo de bombo y platillo. Hablando de las diferencias entre celebridad y actor, de las estrellas caídas, del éxito efímero, de familias resquebrajadas y envidias y odios en el mundo de la farándula.

Iñárritu, el maestro, ha vuelto. En 2006 impresionó con Babel, un conjunto de historias internacionales entrecruzadas, donde lanzaba una crítica a la civilización actual. Biutiful no era mala, pero en ella no demostraba toda la inmensidad que el cineasta puede abarcar.

Iñárritu, único en saber demostrar la tragedia humana, ahora narra mediante una comedia mordaz donde critica el mundo del cine y del espectáculo.

El personaje principal (Michael Keaton) es Riggan, un actor que años ha fue Birdman, un superhéroe. Cual Ícaro, el protagonista voló tan alto que la caída puede ser tremenda ahora en el presente, que prepara una función en Broadway. Eso mientras también se intenta reconciliar con él mismo, su familia, su profesión y su ego. La película es una autorreflexión sobre su persona, su verdadero yo.

¿Quién podría ser mejor protagonista que Keaton, cuyo argumento parece tomar inspiración en su propia vida? Él, el primer Batman, el de Tim Burton, considerado para muchos el auténtico hombre murciélago, que tras su gran superhéroe no ha tenido títulos memorables en taquilla. Parecía haberse apagado, e Iñárritu le ha regalado el mando de los altos vuelos de esta película. Primera provocación del mejicano: confundir al espectador entre la realidad y ficción con tal elección.

No sólo Keaton proviene de Batman, también sus compañeros de reparto han saboreado las mieles del género: Edward Norton fue Hulk, Emma Stone era la chica de Spiderman, etc…Y todos igual de geniales, y al extremo, capaces de hacer mofa de sí mismos, pues se puede ver algo de realidad en los personajes de Riggan (Keaton) y Mike (Norton). Norton sabe hacer a las mil maravillas a un actor insufrible y presuntuoso. Naomi Watts es aquí una perfecta actriz ilusionada con debutar en Broadway, Emma Stone es la deslenguada hija rebelde, Amy Ryan la serena ex mujer y Zach Galifianakis se desquita del Alan de la trilogía de Resacón en las Vegas para hacer de un representante confidente y serio. Y Lindsay Duncan es la crítica punzante

Una gran mirada al espectáculo, donde prevalece más el envoltorio que la cultura. Para ello, el director coloca la cámara en la mejor de las localizaciones para averiguar sobre esta industria: el backstage. El mejicano finge la toma única con esos grandes planos secuencia -maravillosos-, en las bambalinas de un teatro de Broadway. Va a haber un gran estreno. No puede haber mejor ubicación para tan incisiva crítica: la cara B que no se muestra al público.

Mueve la cámara sin atorar al espectador y la batería marcando el ritmo sin aturdir, todo lo contrario: marca la vertiginosidad con la que la cinta se quiere desmarcar. Correcta para el tempo.

La película habla del éxito y cuenta con referencias sobre las últimas películas de superhéroes y sus protagonistas: Fassbender, Jeremy Renner, y más grandes gags de actualidad…como la frase de Norton (sensacional secundario) al decir “¡Venga, sustituidme por Ryan Gosling!”

La historia tiene varias lecturas: la caricatura está presente y confunde a un espectador que presencia las sombras de una persona (las luces son precisamente lo que persigue): y es que lo que la gente quiere es heroicidad, no la mediocridad del día a día. Mejor, señor lector, saque usted las suyas propias, y recuerde que es una comedia. Una muy buena y brutal comedia. Humor negro del bueno.

Ingredientes de diez: fotografía, actuación, guion dirección. Cuarón el año pasado se alzaba con el Oscar con ese punto y aparte llamado Gravity. ¿Este año la estatuilla al mejor director será para su compatriota? Sería justo, desde luego. Pero Keaton merece la destinada a mejor actor mucho más.



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