Ghost, el musical [crítica]

 


Título: Ghost, el musical.
Duración: 145 minutos (con intermedio)
Fecha de representación: del 14 de mayo al 12 de junio de 2022
LugarTeatro Olympia (Valencia)
Preciodesde 34€ + GDG
Crítico: La Perra Verde


[Modo Sophia Petrillo ON] Si hay algo que me puede de sobremanera son los 80 y 90's a todos los niveles: estética, programas, series, música y, obviamente, cine, son mis pasiones, pese a que no soy una coñoviejo que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor, reconozco que el audiovisual de mi infancia y adolescencia me tiene totalmente conquistada (y sí, aunque ahora tengas 17 años, como diría el abuelo de los Simpson... "A ti te ocurrirá lo mismo").

Así que imaginad la emoción cuando vi que el musical de Ghost venía a Valencia ¡aunar una de mis películas favoritas con el mundo de los musicales! si existe algo mejor que eso, no quiero saberlo.

Para ponernos en antecedentes, Ghost es una comedia dramática estadounidense de tintes sobrenaturales protagonizada por Patrick Swayze, Demi Moore (qué mona iba esa chica siempre) y Whoopi Goldberg, estrenada en 1990. Y sin duda, junto a Dirty Dancing (donde también salía Swayze), Pretty Woman, El guardaespaldas o La princesa prometida, forman parte del ABC en materia de películas "románticas" de aquellos años. [/Modo Sophia Petrillo OFF]

Volviendo al presente, vamos a hablar sobre la adaptación a teatro musical que nos trae la compañía LetsGo (a quienes aprovecho para agradecer la acreditación) y que se podrá ver en el Teatro Olympia de Valencia hasta el 12 de junio.

Antes de analizar temas técnicos, voy a responder a la pregunta que muchas personas que me lean tendrán "¿Veré a Bustamante?". Pues eso dependerá del día y sesión que compres, pero si te hace especial ilusión ver su debut como cantante de musicales sólo tienes que entrar en la web del teatro, los cuales al principio de la descripción ponen con todo tipo de detalles la información necesaria.

¿Yo le pude ver? pues no, justo ese día (el del estreno) fui a la primera sesión y Bustamante actuaba en la segunda, así que me quedaré con las ganas de hacer un análisis de su dotes actorales (aunque ya ha hecho sus pinitos como por ejemplo en la serie Amar es para siempre) y vocálicas en el contexto de los musicales.

Y ahora sí, entremos en materia. La escenografía es semi-móvil, tenemos un muro que sirve para recrear interiores y exteriores y siempre está en el escenario, pero lo van acercando y alejando según la situación lo requiera. Para que el cambio de escenario sea creíble y no parezca siempre la misma pared, han ideado una puerta que van cambiando según el contexto.


La ambientación es la misma que la de la película, así que toda la estética corresponde a la de principios de los 90 (ordenadores con pantallas de tubo, la ropa de los protagonistas y resto de elenco o el uso de una cámara instantánea, pese a que aún existen) y la historia en líneas generales también lo es, salvo variaciones para justificar más números musicales.

Una cosa que me daba curiosidad era cómo iban a solventar el tema de los efectos especiales. Si bien el film no era un derroche de chroma al nivel de lo que se usa hoy en día, sí tiene diversos momentos bastante difíciles de recrear en vivo en un teatro.

El musical hace un inteligente uso de efectos sonoros (coordinados al milímetro con los movimientos de los actores), plataformas elevadoras perfectamente camufladas, cables repartidos por sitios estratégicos y unos trucos de ilusionismo dignos del mejor espectáculo de magia. Sin revelar más, os diré que consigue recrear frente a nuestros atónitos ojos la escena de la posesión de Oda Mae por un espíritu.

También tenemos el uso de "dobles de acción", en forma de muñecos que reproducen a los actores u otros actores que  simulan ser ellos y ayudan a hacer unas transiciones realmente dinámicas y efectistas.

Ya ahondando en el apartado musical, pues aunque me haya quedado con la curiosidad de ver a Bustamante, no tengo ninguna clase de queja ante la actuación de Ricky Merino y el resto de elenco, a destacar la potente y crispante actuación del actor que hace del personaje del fantasma que enseña a usar la capacidad de tocar el "plano físico" a Sam en el metro. Y también destacar los cuantiosos números grupales que sirven tanto para recrear escenas como para hacer transiciones entre las mismas.

Y por supuesto, al igual que en la película, el personaje de Oda Mae Brown está creado para "comerse la función". Sus números musicales, orientados al góspel, son los más divertidos, coloridos y dinámicos ejerciendo de perfecto contrapunto.

En definitiva, si te gustó la película, sin duda te gustará la adaptación, la cual cuenta con una potente escenografía y buenos números musicales llenos de efectos especiales inteligentemente usados. Si a estas alturas aún no has visto el film y simplemente eres fan de los musicales, déjate sorprender por la función y entérate de por qué conmovió a toda una generación.



NOTA: en el hall del teatro han puesto una reproducción del torno para que los asistentes se puedan hacer fotos.

NOTA 2: easter egg, tanto en el vagón de metro como en la pared del andén hay carteles de varias películas míticas que también son musicales de LetsGo ¡a ver si os fijáis!

NOTA 3: igual es porque estaba "premonstrual", pero hasta lloré con el final.





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