Fedra (Teatro - 2018)



Título: Fedra
Duración: 95 minutos aprox (sin intermedio)
Fecha de representación: desde el 28 de noviembre hasta el 9 de diciembre
Lugar: Teatro Olympia
Preciodesde 15€ + GDG
Crítico: La Perra Verde


Fedra, originalmente, era una obra de Eurípides (428 A.C), pero, ya en su momento, el autor se vio obligado a crear 2 versiones, en la primera, Fedra era una mujer más libre de seguir sus impulsos, aunque estos fuesen casi incestuosos, pero la mala recepción del público de la época, le hicieron autocensurarse y escribir una segunda versión en la que la protagonista sufría llena de remordimientos por sus pensamientos y acciones. En la historia, los protagonistas, padecían las influencias (o casi posesiones) de los dioses griegos, de quienes adquirían sus vicios o virtudes (o a los cuales incluso pedirían favores). Después fue readaptada por el dramaturgo francés Jean Racine (1677), el cual eliminó esas influencias sobrehumanas, y se centró en la historia.

A día de hoy, ha sido reinterpretada por el dramaturgo Paco Bezerra, el cual ha cambiado la trama, eliminando 2 personajes importantes de la misma (una humana que formaría parte de un triángulo amoroso, y un dios), para crear una obra más minimalista y costumbrista, ya que al no haber excesivo número de personajes que influyan en los sucesos, ni dioses a quienes achacar los vicios y pasiones que embargan a los protagonistas, todas las acciones recaen sobre ellos mismos.
Según las palabras de Paco Bezerra y el director Luis Luque Cabrera: "Nos gusta pensar que hemos rescatado se primer texto perdido de Eurípides, con esa Fedra ardiente, inmoral y rechazada por el público del momento, creando así una nueva mujer más combativa y con menos miedo; una Fedra exenta de culpa, capaz de luchar por lo que siente y que, ante todo, se atreve peligrosamente a amar."

Lolita, Paco Bezerra y Luis Luque Cabrera. Foto extraída de Info.Valladolid.es


Entrado ya a analizar la obra, empezaré por la escenografía. Nos encontramos con un decorado fijo que mediante videoproyecciones, nos hará pasar de la alcoba de Fedra a una cueva del bosque, o, de manera alegórica, gracias a las videoproyecciones y el apoyo sonoro, nos recreará situaciones concretas que se suceden, y que se saben llenas de acción, sin tener que mover nada ni un milímetro.
Tanto las videoproyecciones, como el apoyo sonoro, que no solo sirve para crear situaciones dinámicas, sino que también está casi constantemente de fondo, para crear una atmósfera de tensión y opresión (por los sentimientos reprimidos y la situación que se está creando), originan una serie de performances abstractas, alegóricas y con mensajes implícitos, muy del estilo "ARCO".

Continuaré con los actores. Protagonizada por Lolita,  antes de hablar de ella, os quiero contar una conclusión que me resulta de lo más divertida. Esta conclusión es el haber comprobado de forma empírica el como los arreglos a una obra, la pueden transformar totalmente. Bien sea en la música, cogiendo una canción pop o rock famosa y haciéndole unos arreglos intimistas, para que suene así en el programa de Bertín Osborne, o bien como en este caso.
Hace unos meses ya vi a Lolita en el teatro, en este caso (Prefiero que seamos amigos) era una comedia de enredos en la que ella estaba enamorada de su mejor amigo, el cual no la correspondía... Aquí es una mujer enamorada (o al menos obsesionada) con su hijastro el cual ¿la corresponderá, o no? (eso ya deberán comprobarlo ustedes).
Como se puede apreciar, ambos argumentos se podrían coger de la mano, sin embargo, los arreglos que se le hace a cada obra, harán que una pase a ser, como ya he mencionado, una comedia de enredos muy "linamorguesca", y la segunda, un dramón.
Y ahora sí, volviendo a Lolita, reseñaré que hace un gran papel, y quiero reivindicar su valía como actriz, tanto de teatro y televisión, como de cine, medio que por H o por B, después de darle un Goya a la actriz revelación, le ha dado injustamente la espalda.

Fedra e Hipólito. Foto extraída de DigitalExtremadura.com


Le acompañan en escena el actor Juan Fernández (Amar es para siempre, La casa de papel, Víctor Ros o Tierra de Lobos, entre otros muchísimos papeles) como Teseo, Críspulo Cabezas (al que conocimos en la película Barrio, y comparte con Juan Fernández apariciones en Victor Ros o Amar es para siempre, por ejemplo) como Hipólito, Eneko Sagardoy (actor vasco que a nivel nacional hemos podido ver en las películas La higuera de los bastardos, Handia o Errementari) como Acamante, y la incombustible y veterana actriz, Tina Sáinz (insértense aquí decenas de papeles), haciendo de la criada Enone. Todos ellos bordando su papel, y creando la necesaria atmósfera de secretismo, connivencia, amargura, represión, traición y dolor.




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