A GIRL WALKS HOME ALONE AT NIGHT - ATLÁNTIDA FILM FEST

Un año más, desde "El Gabinete del Doctor Somier" vamos a compartir con vosotros las impresiones que nos hemos llevado de unas cuantos títudos que nos ha brindado festival de cine online ATLÁNTIDA FILM FEST, organizado por la plataforma FILMIN.



Dirección: Ana Lily Amirpour


País: Irán - EEUU


Actores: Sheila Vand, Arash Marandi, Dominic Rains, Marshall Manesh, Mozhan Marnò, Milad Eghbali


Año: 2014


Duración: 100'


Crítico: Harkness







 “The first iranian vampire film”, reza el tagline. Tal cual. Cine iraní, sobre vampiros, en blanco y negro, y que además es un western. Imposible sentir más curiosidad ante esta más que posible ida de olla, cuyo trailer ya es suficiente como para ponerte los dientes largos (“los dientes largos”, JA JA JA...).



Lo cierto es que “A girl walks home alone at night”, película que supone el debut de la realizadora afincada en Estados Unidos Ana Lily Amirpour y producida, entre otros, por la revista VICE, me ha parecido una propuesta de diseño, un videoclip de hora y media de duración, con mucha preocupación por la forma y una alarmante falta de contenido.


El guión cabe en un sello. Básicamente, cuenta una serie de historias paralelas, protagonizadas por unos individuos solitarios, infelices, sin futuro. La ciudad en la que viven parece surgida de una pesadilla. Entre ellos, un hombre mayor aficionado a las drogas y a las mujeres de mal vivir, una prostituta que se gana la vida como puede, el hijo del primero, de orígenes humildes y que se encuentra un gato por la calle... y una mujer misteriosa, cubierta con un chador a modo de capa y con la que el joven entabla una extraña relación.




Le veo un problema al asunto, y es que todo lo encuentro alargado en exceso, sobre todo para lo que finalmente cuenta, con abundantes silencios y tiempos muertos. La directora invoca los nombres de David Lynch y de Jim Jarmusch, a través de una atractiva mezcla de influencias y de tonos; entre el humor absurdo, la atmósfera terrorífica y de ambiente nocturno. En realidad, la historia es una historia de amor, pero no bonita precisamente, sino más bien inquietante y de la que no sabes muy bien cuál va a ser el resultado. A todo ello se le suma un rollo “spaghetti western”, más estético que otra cosa; la presencia de los pozos de petróleo, la idea de una ciudad maldita cuyos habitantes parecen incapaces de abandonar...


Por otra parte, hay que aplaudir el preciosista manejo de la cámara (con recursos tales como desenfoques, ralentizados, que contribuyen a la impresión de extrañeza generalizada), una tan portentosa como esteticista fotografía en blanco y negro, y fundamentalmente, una banda sonora con mucha presencia, formada por canciones de todo tipo; entre los sonidos típicamente persas, la música indie y el homenaje a Morricone, por citar algunos ejemplos. La idea de mezclar la iconografía clásica del vampiro con capa y colmillos con el atuendo típico de la mujer iraní es un puntazo.


Mi veredicto: Una película curiosa, sugestiva por momentos y arriesgada en su bizarro planteamiento. A ratos la encuentro algo vacía y con mucha pose detrás, no creo que llegue a la altura de los referentes que maneja, tampoco niego los aciertos que contiene. Si naciste en Argentina, o si te haces llamar Koldo, pero en realidad te llamas Luis, Pedro o Jose Miguel, te parecerá a buen seguro una obra de arte.






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