Dallas Buyers Club‏

Título: Dallas Buyers Club
Título original: Dallas Buyers Club
Director: Jean-Marc Vallée
País: USA
Actores:Matthew McConaughey, Jennifer Garner, Jared Leto, Steve Zahn, Dallas Roberts, Denis O'Hare, Griffin Dunne, Kevin Rankin, Lawrence Turner, Jonathan Vane
Año: 2013
Duración: 117'
Critico Colaborador: Cristina SC

Calificación:

Jean-Marc Vallée nos ha traído uno de los gordos de los Oscars de este año. Todo el mundo se ha fijado en esta película, y con motivos. Ya sea por las más que buenas interpretaciones o la historia en general, Dallas Buyers Club tiene todas las papeletas de ser una de las películas que más salgan ganando este año.

Dallas Buyers Club nos traslada a la Texas de la década de los 80. Ron Woodroof (es decir, Matthew McConaughey tras haber hecho una operación bikini llevada al extremo) es el típico texano que participa en rodeos al que le gustan más las chicas que a un tonto un lápiz y su misión en la vida es drogarse y beber todo lo que pueda. Tras un accidente en su trabajo, es llevado al hospital donde le diagnostican VIH y le dan un mes de vida aproximadamente. Hay que recordar que es Texas en los 80, cuando aún se creía que el SIDA era una enfermedad exclusiva de homosexuales y se discriminaba a los que padecían la enfermedad casi tanto como a los de raza de color (oh América, tierra de libertad y tolerancia), y nuestro amigo Ron es repudiado por sus amigos y entorno. Desesperado por vivir, comienza a tomar de forma incontrolada y a escondidas de su doctora, la doctora Eve, (una guapísima Jennifer Garner) el nuevo, y por aquel entonces único medicamento para el SIDA llamado AZT, que al final resulta ser más beneficioso para la farmacéutica que lo fabrica y vende a precios astronómicos que para los pacientes.

Las ganas de vivir de Ron y de intentar alargar su vida todo lo posible hace que el destino le una a un transexual con la misma enfermedad que él llamado Rayon (encarnado por el polifacético Jared Leto), y juntos intentan facilitarse la vida en una época de intolerancia y en la que ayudar a los pacientes no era una prioridad de las farmacéuticas precisamente.

Imagen extraída de esta web

No hace mucho desde que esta historia (basada en hechos reales, lo cual hace que llegue más al público) ocurriese. Unos 30 años más o menos. Y puede que sea porque aún me quedaban unos 10 años para nacer por aquel entonces, pero lo que más me sorprendió de toda la película es la poca tolerancia y empatía que sentía la gente por aquel entonces con algo tan grave como es la enfermedad del SIDA, y que parece que ahora ha dado un salto muy grande. El SIDA es algo que nos parece muy lejano hoy día porque nos hacen creer que solo existe en África y me gustaría creer que la gente hoy día es más tolerante en estas cuestiones, aunque ya habría que ver cuántos darían la espalda a un conocido con esta enfermedad. Y lo mismo ocurre con la homosexualidad, otro factor importante en el film. Es increíble que la gente le diera asco tocar a un homosexual hace tan solo 30 años y aunque por desgracia se vive en un mundo que parece que va hacia atrás, actualmente parece que también se ha dado un paso importante en cuanto a ese aspecto. Estas dos objetos están muy bien enfocados en la película y la interpretación de los actores lo hace aún más intenso y hace que te metas más aún en la trama de la película, y que la sientas más también.

Algo que también me llamó mucho la atención para bien es la evolución de los personajes desde el principio de la película hasta el final. El cómo un homófobo, juerguista, mujeriego y borracho Ron Woodroof llega a trabar amistad y trabajar codo con codo con un transexual como Rayon, o cómo la doctora Eve pasa de tener fe ciega en sus jefes y su trabajo a reberlarse para defender lo que ella cree correcto. Esa evolución de los personajes es algo bonito de ver, porque más o menos todos cambian para bien y cada uno encuentra su sitio, por decirlo de alguna forma.

Al ser una historia con temas que tocan la emoción tanto, a primera vista parece una peli de llorar aunque sea un poquito, pero no se llega a alcanzar ese punto de sensiblería, lo cual se agradece. Por otro lado, también se encuentra algún que otro toque de humor siempre manteniéndose en un equilibrio muy bueno.

Pero aparte de lo que ya he mencionado antes sobre la intolerancia y demás, si me tuviera que quedar con otro aspecto de la película sería con el amor a la vida, aunque suene muy gay. Nadie querría verse en la situación y afortunadamente no todo el mundo sabe lo que es tener una cuenta atrás a corto plazo, pero estoy segura de que todo el mundo se meterá en la piel de Ron, o de Rayon, o de cualquiera de los personajes que aparecen con SIDA cuando se ve que todos tienen el tiempo justo de vivir y en cómo emplean ese tiempo. Ninguno quiere morir tan pronto, y saben que tienen que hacerlo, y la desesperación de alargar ese corto tiempo a toda costa es conmovedor y te llega a mover por dentro, porque todo el mundo haría lo mismo en esa situación y aunque no lo hayas pasado te identificas de una forma u otra.

En definitiva es una película muy buena y te deja muy buen sabor de boca. Los actores, como ya he dicho antes, se salen en sus papeles. Si no sabes que el prota es Matthew McConaughey (¿por qué se escribe así si luego se pronuncia “macconajiu”?) cuesta distinguir quién es y en mi opinión este año el Oscar ha estado muy reñido entre él y Leonardo DiCaprio, ya que hace un papel tan bueno y que toca el tema humano (además de la evolución del personaje, obviamente). Otro que se sale en su papel es Jared Leto, el cual también hizo una operación bikini extrema para este papel. El actor, director, fotógrafo, músico, modelo y todo lo que le echen se sale en su papel también y tiene también merecidos todos los premios que se le han dado. En realidad, todos los premios que se le han dado a la película, están bastante merecidos y es difícil encontrarle algún defecto gordo.

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Sección: Cine, Colabora, Criticas, Preestrenos