Título: Love and Bruises
Título original: Love and Bruises
Director: Lou Ye
País: Francia
Actores: Tahar Rahim, Jalil Lespert, Lika Minamoto, Corinne Yam, Sifan Shao
Año: 2011
Duración: 105'
Critico Colaborador: Mary
Calificación:
No es amor,… se llama exceso
París ya no es lo que era cinematográficamente hablando. De ello daba fe hace poco “Le weekend”, de Roger Mitchell. Ahora es el turno del realizador chino Lou Ye, que sigue la senda de descafeinar un poco más la capital de Francia.
Cuesta enfrentarse a relatos como Love and bruises, pero son tan necesarios como las superproducciones protagonizadas de héroes que nos permiten soñar. La película de Lou Ye habla sobre el amor, tan idílico y cautivador algunas ocsaiones, pero destructivo y asfixiante otras tantas.
Este es el último trabajo que hace el director, considerado como un transgresor y censurado en más de una ocasión por las autoridades de su país.
La historia se centra en Hua, una joven china que se instala en Paris y al poco tiempo se tropieza con Matthieu, un obrero con el que empieza una tórrida relación que nace a raíz de un sórdido primer encuentro sexual. El chico la menosprecia, y sus citas se reducen a la violencia verbal y a actos sexuales donde hay pocos atisbos románticos.
El cineasta propone un cúmulo de sentimientos como pasión, dolor, deseo, e incluso violencia, todo entrecruzado en este relato crudo e intimista que habla de las relaciones humanas.
Hua es un ser débil; es una chica trabajadora y fuerte en su ámbito profesional, pero es una víctima en el personal. El guion no termina de perfilar qué es lo que le mueve a caer rendida ante Matthieu, un ser oscuro, acomplejado e ignorante que se esconde bajo una facha de primeras seductora.
Los actores están de diez, sobre todo Corinne Yam, que forja una Hua creíble, capaz de transmitir más con una mirada que con una frase. Tahar Rahim le da la réplica perfectamente como ese perverso amante. Ambos interpretan a esta pareja que por mucho que se fusionen carnalmente, en su interior se repudian.
¿Qué visión quiere dar este largometraje del amor en estos tiempos? Quizá una pesimista y afligida, en la que la razón ha sido eclipsada por el apetito. Tal pasión dolorosa es el motor del filme, donde los secundarios se limitan a dibujar más a esta pareja tan dispar.
Un propuesta interesante para plantearse en qué consiste ese término tan manoseado que se llama amor.
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